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viernes, 10 de junio de 2016

Cambio definitivo a Wordpress

No digo que vaya a volver a escribir relativamente seguido, solo digo que las esporádicas veces que lo haga, será en el blog de Wordpress. La verdad es que hace tiempo me tiene decepcionada la falta de actualizaciones de blogger, el que siga siendo lo mismo que estaba bien hace 15 años pero ya no, hace al menos 5 años que ya se quedó muy, muy atrás para mi gusto.
Eso, sumado a que hace tiempo ya que mi blog ni muestra (en el contador) ni me avisa por mail los comentarios, lo que hace que tenga que ir entrada por entrada viendo si es que alguien ha comentado (y ya con lo poco que entro per se, rara vez llega a suceder), me hizo decidirme.
Asi es que si queda alguien por ahí, invito a darse una vuelta por el "Susana en WordPress" y a parte de darme un premio por originalidad del nombre, dejen su marca si así lo desean.

Click aquí::

Susana en Wordpress


Este blog no lo borro ni lo cierro, se quedará aquí por ahora. El proyecto, por supuesto, es transferir todas y cada una de las entradas que he escrito al Wordpress en su fecha correspondiente, pero siendo sincera, dudo que llegue a suceder.

A todos los que pasan y pasaron algún día por este blog, gracias por unos buenos años.

jueves, 11 de febrero de 2016

Quiero volver.

Quiero tener energías -porque sé que tiempo podría hacerme- para volver a escribir. Me encantaría tener 2 o 3 entradas por semanas, ¡imagínate!

Hay tanto que contar, cosas que suceden con mi hijo, conmigo, con la vida, día a día, pero la rutina me ha costado cara. Nos ha costado cara. Dentro de unos días el marido vuelve a trabajar, dando por finalizado nuestro periodo de postnatal. No tenemos jardín hasta agosto, quizás. Mi mamá viajará para ayudarnos; para estar con su nieto y regalonearlo en todo lo que pueda. Me encanta la idea, pero a la vez me da lata “usar sus servicios” sin poder ofrecerle mucho más a cambio que las puras gracias. Cuando se tenga que volver, no sé qué haremos con el crío y con nuestras vidas hasta que empiece el jardín. Pero ya se verá, hemos decidido tomar un problema a la vez, y el resto por el camino, porque si no, no aguantamos el día a día.

Mi Snoopy ha empezado a caminar distancias cortitas; de entre medio metro y unos dos y medio, dependiendo de sus planes y de lo concentrado que esté. Verlo equilibrar esa cabezota es ¡¡lo más tierno que existe!! Tiene un sentido del humor increíble, muy marcado para un bebé de apenas un año y medio mes, burlándose y haciendo cosas graciosas según con quien esté.

Su cumpleaños fue lindo, sencillo y bien acompañado, con visitas de Chile incluidas (mi hermana y mi papá). Mi niño, para sorpresa de todos y decepción de algunos, no comió torta con todo el cuerpo, sino que se limitó a embadurnarse las manos con la crema, comer un poco de bizcocho, y vamos a probar lo demás de la mesa. Come de todo. No mucho, pero de todo. Todo lo quiere probar, todo le gusta. Excepto la palta, que siempre la prueba y escupe mirándome con cara de “¿¡qué xxxx es esto!?”. En eso no salió chileno.

Le encanta Frozen, y admito que hemos abusado de “Let it go” y de “In summer” más de lo debido, sobre todo en los largos viajes en auto que nos tocan por esto de vivir en el campo.

Gran parte de su vocabulario consiste en “baa”s y “maa”s, pero logra comunicar lo que quiere y lo que no de forma tan clara, que por más que uno quiera es difícil hacerse el tonto.



Mi trabajo me tiene agotada. Sigo amando el área, y por un lado me encanta la idea de continuar y desarrollar mi futuro profesional en ese campo; estudiar, etc. Pero por otro lado estoy tan colapsada con siempre tener una fecha límite para esto, o para lo otro, es como que no me deja respirar y es cierto que en cualquier trabajo hay siempre objetivos y fechas que se deben cumplir, pero siento que por más que me esfuerce no llego nunca al punto donde debería estar, o donde quisiera estar, y antes podía simplemente dedicar un sábado a trabajar a full y el lunes llegar sintiendo que “tengo control” pero ahora, con hijo, no es así de simple, y sigo arrastrando cosas, y estrés, y agotamiento físico y mental, y eso me ha estado afectando a su vez en la casa; porque no es tan fácil desconectarse de la pega cuando sientes que estás atrasada con TODO, y ando con menos paciencia, menos energía, siendo menos “yo”.

Feliz limpiaría baños con tal de llegar a casa y poder olvidarme del tema y dedicarme al 100% a Snoopy, y a mi marido, y a mí misma, pero nuestra economía actual está basada en el sueldo que tengo ahora (que no es precisamente excelente, pero es bueno) y por supuesto está la parte donde el marido dice “eres demasiado inteligente para trabajar limpiando baños”. Y claro, tiene razón, pero bien podría ser la mejor limpiadora de baños y no se me secaría el cerebro ni nada. A lo más se me oxidaría. Pero es verdad que cambiar de rubro a algo así me llevaría en la dirección contraria a la que quiero. Porque obviamente quiero crecer profesionalmente. La pregunta es en qué área.

Ya hace años había descartado la posibilidad de encontrar trabajo como Bioingeniero, porque vi que mis estudios valían poco menos que nada sin una red de contactos (por eso iba a tomar el magister, pero después encontré trabajo en esto otro…). Igual hace unos meses postulé a un puesto en el área bio, que era maravilloso y me hizo llenarme de ilusión porque era la empresa de mis sueños, que de paso tiene oficinas en mi comuna y ¡en Chile!, y escribí una postulación fantástica, de la cual por primera vez me sentí orgullosa, porque sabía sé que tenía algo bueno que ofrecer. Nada. Ni una entrevista de pre-pre-pre selección. Ni una llamada de ándate a la chucha. Y eso que estaba sobrecalificada.

Entonces al parecer mi área de desarrollo será en la que trabajo ahora, y tengo muchos deseos de estudiar -igual me da un poco de miedo la idea de estudiar en noruego, pero sé que podría sacarlo adelante. Pero no sé si seré capaz por lo mismo que decía antes, que estoy tan agotada y tengo tan poca energía para todo, así como estoy, que ¿es más estrés, más ocupaciones y más obligaciones realmente lo que necesito? ¿Más gastos? ¿Menos tiempo en casa? No tengo respuestas.

martes, 10 de noviembre de 2015

Yo soy Susana

  • Soy madre del ser humano más maravilloso que la vida ha puesto en este planeta.
  • Soy chilena oriunda de Talcahuano, aunque viví gran parte de mi vida en lo que ahora es la comuna de Hualpén.
  • Soy inmigrante con residencia permanente en Noruega, país al que he llegado a amar como propio con sus cosas buenas y malas.
  • Soy emigrante de Chile, país al que extraño con dolor.
  • Soy trabajadora de una pequeña empresa noruega, en la que siento que hago muy poco, aunque soy consciente de que siempre, siempre, tengo demasiado que hacer.
  • Soy mujer en edad fértil que ama su cuerpo por todo lo que es y por todo lo que ha logrado (en especial por dar vida sin morir en el intento), y que ama su mente porque ha sabido resurgir de las cenizas aún cuando parecía que todo en este mundo le había fallado.
  • Soy esposa de un hombre grandioso al que admiro por su capacidad de reinventarse en su amor por nosotros.
  • Soy intolerante a la leche de vaca, y aunque tengo mucho cuidado de utilizar alternativas más sanas -y tolerables- como leche de soya u Oatly, no me resisto tan fácilmente a un buen pedazo de queso.
  • Soy leo en los signos del zodiaco, y fiel representante del mismo, según los seguidores de esas tendencias.
  • Soy veinteañera en la frontera de los 30.
  • Soy hermana de un gran ingeniero y de una pronta-a-ser excelente psicóloga, a los que desearía poder abrazar al menos una vez a la semana.
  • Soy hija de dos profesores que han sufrido todo lo malo del rubro en el país, sin llegar a perder la pasión por la educación en todas sus formas.
  • Soy una licenciada, graduada y titulada en Bioingeniería que nunca ha trabajado en eso, y que poco a poco va perdiendo la pasión por aquello que algún día me hizo suspirar.
  • Soy trilingüe (aunque actualmente el inglés se me queda un poco corto y tiendo a mezclar idiomas y a confundir el idioma del interlocutor en situaciones bi- o trilingües).
Soy una mujer que sabe lo que vale, una madre chilena inmigrante en Noruega de 29 años, amante del queso, esposa trabajadora trilingüe con educación universitaria, hermana de profesionales e hija de buenos profesores maltratados por el sistema, que día a día va tratando de compatibilizar los diferentes aspectos de su vida; y  que está dispuesta a sacrificar el trabajo que adora con tal de tener más tiempo con mi hijo amado.

Algo que se me olvide?

Entrada original en Wordpress: Yo soy Susana

Cosas que quiero esta Navidad

domingo, 11 de octubre de 2015

La tetita

Llevo algo más de 8 meses amamantando.
Las primeras semanas fueron difíciles; nos costó encontrar nuestro ritmo, nos costó encontrar la posición adecuada, me costó aprender a lidiar con cantidades sobrenaturales de leche fluyendo por todas partes y con el dolor de los músculos del pecho y cuello que las nuevas dimensiones de mi busto trajeron consigo. Pero una vez superado ese período de aprendizaje, todo fue muy bueno. Hasta que empezamos con los dientes.

Hubo cierto margen de tiempo entre que salieron los dos primeros (juntos) y todos los demás, pero una vez empezamos con el tercero, es como si cada semana le viniera asomando uno nuevo... y él es un bebé relajado, todo se lo toma de buen ánimo, rara vez llora, pero su necesidad y desesperación por morder a veces es mayor que su capacidad de control y -sobre todo cuando tiene sueño- mis tetas pagan las consecuencias.

El último mes ha sido quizás el más difícil, porque con mi vuelta al trabajo, la parte de su necesidad de leche/tetita que no es cubierta durante el día es recuperada durante la noche (como mencioné en el post anterior, mi bebé pasó de dormir toda la noche a despertar innumerables veces), y el sueño, la ansiedad de separación, las encías... no son buena combinación. Después de 7 meses de lactancia exitosa, mis pechos volvieron a sangrar, aunque esta vez no por posicionamiento incorrecto, sino porque dos pequeños dientecitos con filo de cuchillo lograron no solo apretar, sino penetrar la piel... y tirar. El dolor es una cosa, y no es nada agradable (sobre todo cuando después hay que seguir refregando la costra con la boquilla del extractor de leche, haciendo que sangre otra vez, y otra vez, y otra vez), pero lo que me produce más incomodidad no es eso, sino la posición defensiva en que esas situaciones me ponen. Me produce un rechazo instintivo acercarlo al pecho, y tengo que de forma racional y consciente ir contra ese instinto de autoprotección, relajar los músculos y dejar que mi hijo haga su trabajo.

Esa dinámica me agota. Una, dos veces al mes estaba bien, pero ahora, en este último mes, siento que es cosa de todos los días, y puede que tenga razón, porque así al ojo, haciendo una estimación, diría que recibo al menos una mordida al día, aunque suelen ser dos o tres. No he vuelto a sangrar, pero sí mientras esa herida se curaba recibí otra mordida en el mismo pecho que me causó algo que interpreto como un ducto tapado; una pelotita protuberante justo al lado de la areola que, afortunadamente, desapareció sin mayores complicaciones luego de unos días (pero admito que estuve asustada mientras duró).

Por otro lado, volver al trabajo me ha hecho difícil compatibilizar todos los aspectos de mi vida, y el aspecto que más paga el precio es el tiempo que dedicaría a mi misma, a mis intereses; y esa necesidad no satisfecha de ser yo misma me produce a su vez la necesidad de recuperar el control de mi cuerpo, y eso choca con el hecho de que mis tetas no son mías.

Aún me encanta amamantar. Adoro que sea nuestro momento, algo que (a pesar de que su padre lo alimenta con mi leche extraída mientras yo no estoy) sigue siendo exclusivamente nuestro. Algo que nos reconecta luego de varias horas separados y que le demuestra en un segundo que mami está ahí, cerquita de él, pero por primera vez empiezo a cuestionarme cuanto tiempo más seguiré dando el pecho... y la verdad no logro llegar a un consenso.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Pasa el tiempo, pasa la vida y el pobre blog va pagando el precio. Cada día creo descubrir un nuevo nivel de cansancio; las noches se hacen cortas y largas a partes iguales. Cortas en descanso, largas en vigilia. Mi pequeñote que dormía 8 horas de corrido empezó a despertar seguido. A veces MUY seguido. Un poco ansiedad de separación por mi vuelta al trabajo, un poco por los dientes, un poco por... no tengo idea.
Pero está bien, duerme poco, duerme a saltos, pero bien. Se ve bien, crece bien, está cada día más activo y cada día más encantador. Pesaba poco más de 9 kilos en su control de los 6 meses (que fue cuando ya tenía pasados los 7 meses) y ahora, un mes después, no me sorprendería si ya estuviera por sobre los 10.
A veces pienso que es inagotable, nosotros casi nos caemos del cansancio y él no sólo tiene ganas de más, sino que sigue tan feliz como si hubiera despertado hace 5 minutos.
Ya gatea, a la velocidad del rayo cuando quiere llegar a un punto específico. Cuando llevaba como medio día de experiencia gateadora empezó a tratar de encaramarse en las cosas; ya se afirma en sus rodillas y si lo dejamos, puede escalar la estufa sin problemas... y las sillas, y los muebles en general... Como dije antes, inagotable. Me encanta. Su energía me hace sonreír de sólo pensarlo, aunque admito que podría dormirme mientras lo acompaño en sus juegos si me dejo ir lo suficiente.

La vuelta al trabajo ha sido buena; el nuevo local me gusta mucho, mis miedos respecto a la higiene han sido disipados; tenemos absolutamente todo nuevo; adiós al lavavajillas con olor raro!! Tengo mucho por hacer y poco a poco voy ganando control de mis clientes, entendiendo qué han hecho las personas que me han reemplazado, aprendiendo, disfrutando. Lo que sí, ha sido muy sacrificado. A veces no sé cómo voy a seguir con este ritmo, a veces siento como si una flecha de acero me perforara el pecho por todas las horas que paso lejos de mi niño: me levanto a las 5 de la mañana, tomo el bus a las 6. Llego al trabajo alrededor de las 07:20 y trabajo hasta las 9. Ahí tomo alrededor de 20 minutos de pausa para extraerme leche. Más trabajo y almuerzo a las 12. Tenemos derecho a media hora pero trato de no ocupar más de 20 minutos. Más trabajo y luego segunda pausa de extracción de leche (20 minutos) alrededor de las 13. Con eso, logro salir de la oficina alrededor de las 14:50 para caminar -desesperadamente- al paradero y alcanzar el bus que debería salir a las 15:05, pero generalmente parte un par de minutos antes. Si logro alcanzar ese bus, llego a casa alrededor de las 16:15. Si no, puedo fácil llegar una hora más tarde. Regalonear lo que pueda con Snoopy, tratar de que me vacíe las tetas lo más que pueda, cenar y ya pronto son las 18 o 19, que es cuando ya toca acostarlo porque no da más del cansancio. Los días se me hacen nada, siento que me he perdido cosas importantes de su día a día, tengo miedo que nuestro nexo se debilite y me carga estar tan cansada que apenas si tengo energías para jugar con él. Pero más allá de mis sentimientos, nuestro sistema ha funcionado bien; Steffen ha hecho un trabajo excelente cuidando de nuestro bebé y en ese sentido realmente no tengo nada de qué preocuparme.

Ya no tengo muy claro cuantos dientes tiene mi niño. Dos abajo, al centro, más uno asomado según vi la última vez (rara vez se deja, el rebelde). Las paletas arriba; ambas asomadas y creciendo. La última vez que sentí con el dedo, me pareció que también le quería asomar uno al lado, pero no he podido comprobarlo visualmente.

Dice "ABÁ" "BÁ" "BABÁ" y a veces "APÁ". Una vez dijo "PAPÁ" y aunque creo que fue coincidencia, yo digo que cuenta igual como primera vez jeje.

Ha empezado a aplaudir, aunque aún de manera tosca.

martes, 14 de julio de 2015

Lactancia y trabajo

Dentro de poco mas de un mes vuelvo al trabajo. Una parte de mi tiene deseos de regresar. Esa parte tiene claro que será bueno volver a hacer eso que me gusta tanto, volver a "tener que salir de la casa", volver a interactuar con diversas personas; colegas y clientes, y sobre todo, tener que volver a hablar en noruego decente y no en esta versión tan "exótica" del idioma que estoy hablando ahora.
Pero a la vez me estresa de solo pensarlo. Sé que mi niño estará bien, más que bien, con su padre mientras yo esté en el trabajo, pero me temo a veces que será mucho que barajar día a día para mi.

Tengo la necesidad (emocional) de dejar a mi Snoopy ya comiendo "como grande" cuando yo vuelva al trabajo y a pesar de que veo cómo sus progresos hacia esa meta son diarios y exponenciales, siento que me queda poco tiempo. No quiero apurarlo y sé que tarde o temprano se sentará solo y erguido, y perderá su reflejo de extrusión, y podrá disfrutar de comer en la mesa con nosotros, que sé que se muere de ganas. Lo que me angustia no es que "no lo vaya a hacer", sino que se demore un poco más de lo que esperaba y necesite tanto de mi (de la teta, en realidad) como hoy.
Y el problema de que necesite tanta teta como hoy es que veo sólo trabas para compatibilizar lactancia con trabajo.
De acuerdo a los últimos cambios hechos a la ley de trabajo-maternidad, tengo derecho a una hora pagada de lactancia/extracción de leche hasta que mi retoño cumpla un año (y a una hora no pagada por todo el tiempo que el niño amamante). Puedo hacer uso de esa hora recibiendo a mi hijo en el lugar de trabajo, saliendo de la oficina para amamantarlo en otro lugar, extrayéndome leche en el lugar de trabajo, o bien terminando mi jornada laboral una hora antes.
Las opciones uno y dos son inviables para nosotros; vivimos demasiado lejos para que Steffen vaya y vuelva con el bebé al menos dos veces al día.
La última opción sería interesante, pero en la práctica me significaría llegar (con mucha suerte) media hora antes a la casa -nuevamente, juega en contra vivir lejos del lugar de trabajo- y, a cambio, experimentar intenso dolor diario por los pechos llenos de leche por muchas horas.
La única opción que nos resulta adecuada es la número 3.
**Para las opciones 1 y 3, el empleador debe por ley proporcionarme un lugar privado, limpio -es decir, no un baño- y con posibilidad de "cerrar con llave". Además de un lugar de almacenaje limpio y seguro para la leche extraída**

¿Las trabas entonces cuales son?
  1. No tengo idea de cuánta leche voy a necesitar.

  2. Si necesito mucha (en caso de que mi bebé aún no coma tanta comida adulta), entonces no estoy segura de que me bastará con la bomba extractora que tengo ahora, que tiene capacidad para un pecho a la vez.
    Esta bomba tengo yo, Medela Swing. (Fuente: Medela.no)
    En días normales (donde la leche sólo se ha acumulado en mi pecho por 2-3 horas), logro extraerme alrededor de 50mL por pecho (15 minutos). Eso hace un total aproximado de 200mL que podría sacarme en la hora que tengo disponible. Además, podría utilizar mi media hora de almuerzo para sacarme 100mL más. Eso implicaría comer mientras lo hago (difícil), o bien comer mientras trabajo (baja efectividad), pero es una opción válida.
    La última vez que pasé más de 4 horas sin dar pecho, pude sacarme 200mL en media hora...
    Por otra parte, si no me bastara con esos 300mL, tendría que comprar una bomba doble, que me permita extraer de ambos pechos a la vez. Eso aumentaría el volumen al menos al doble, pudiendo tener alrededor de 600mL al final de la jornada laboral. Eso suena bastante mejor. El problema es el costo (costo de la bomba nueva + costo de la bomba actual no siendo utilizada), un total de alrededor de kr 4000,- (~500USD) sólo en bombas extractoras, sin aún considerar que tengo pendiente comprar un congelador para almacenar leche de reserva.
  3. Extracción

  4. La empresa donde trabajo cambió de local. En el antiguo local había oficinas y, a pesar de que yo no tenía una (trabajaba en el escritorio de la "recepción"), sé que no habría sido un problema cambiar con alguien, cosa de tener un espacio privado. Pero al parecer el local de ahora tiene cubículos en vez de oficinas (no he ido aún, así que no lo tengo 100% claro).
    De ser con cubículos, tendría que ir a alguna de las oficinas de la otra empresa que funciona en el edificio a extraerme leche; lo que sería incómodo por intimidad, y poco práctico en tiempo (subir y bajar me quitaría fácil 5-7 minutos, y cada segundo de esa hora a la que tengo derecho valdrá oro).

  5. Almacenaje

  6. Nuevamente, no sé cómo será en las nuevas oficinas, pero el refrigerador que teníamos antes era insalubre. Más encima estaba al lado del lavavajillas, que olía igualito a la incubadora de hongos que teníamos en un laboratorio donde trabajé, lo que me da cosita de sólo pensar qué criaturas vivían en esa maquina donde lavábamos nuestros platos. Si es que mis compañeros de trabajo están ocupando el refrigerador que ocupaba antes la otra empresa, sé que las condiciones de higiene hoy no son mucho mejores (estaba igual o peor que el de nuestra antigua oficina la última vez que lo vi).
    Igual ese tema lo tengo relativamente solucionado; compré una bolsa refrigerante (de esas con interior metálico donde se pueden poner unidades refrigerantes + producto a mantener frío) y pensaba mantener la leche extraída en mamaderas dentro de esta bolsa, y la bolsa dentro del refrigerador. Además, tengo pensado comprar un rollo de ese plástico para tapar las comidas y utilizarlo para sellar las mamaderas donde haya extraído leche (se corta el cilindro varias veces para tener rollos de menor ancho), así tendría una doble o triple protección para intentar asegurar que la leche llegará limpia a casa. Hasta una bolsa ziploc puedo agregar si aún no me da confianza.
    Bolsa refrigerante que compré hoy.
  7. Gastos
    •  Bomba: Si no pensamos en la parte económica, definitivamente es buena idea comprar una nueva bomba.
    Esta es la que quiero!! Medela Swing Maxi (Fuente: Medela.no)

    • Congelador: no es opcional; me sentiré mucho más segura si es que Steffen tiene un buen stash de leche del que echar mano si el niño está con mucha hambre, si es que por algún motivo la leche se descompone al calentarla (me ha pasado), o si pasa cualquier accidente, que a quién no se le ha derramado un vaso alguna vez. Además, lo necesito para poder disponer de unidades refrigerantes diariamente.
    • Unidades refrigerantes: no son caras, pero necesito varias (¿4?¿6? aún no sé).
    • Bolsa esterilizadora de mamaderas: Con el uso diario que les daré, será fundamental mantener las mamaderas en óptimas condiciones de higiene. Esta bolsa se utiliza en el microondas; excelente para ahorrar tiempo!
    Bolsa de esterilización en microondas. (Fuente: Medela.no)
    • Más mamaderas/contenedores de leche: No estoy segura, pero creo que será bueno tener al menos dos más, sobre todo si tengo que extraerme 600mL diarios.
    • Sostén de extracción: Tengo muchas ganas de comprar uno, pero nuevamente lo económico me detiene. Significaría tener las manos libres mientras me extraigo (con lo que podría hasta trabajar un poco mientras tanto), y sería mucho más saludable para mis pobres muñecas, que quedan muy resentidas después de tener que sujetar el adaptador contra el pecho.

    Sostén de extracción. Seeexy. (Fuente: Medela.no)
    • Otros gastos no contemplados: porque demás que se me olvida mencionar algo.
Afortunadamente, creo que el transporte no será un problema, al menos no la mayor parte del tiempo. Cuento en que los meses del invierno noruego me ayuden a que la cadena de frío se mantenga lo más posible en el camino a casa :).

En realidad puede que muchos de los problemas estén más que nada en mi cabeza, y capaz que una vez de vuelta en el trabajo todo vaya sencillamente bien, pero realmente no tengo referencias confiables del tema; todas las nuevas mamás trabajadoras que conozco han dejado de amamantar antes de volver al trabajo, cosa que yo definitivamente no quiero hacer.

Espero hacer otro post para ver cómo resulta todo en la práctica.

jueves, 9 de julio de 2015

Baby Shower de Snoopy

Entre la primera hospitalización y la segunda, pasaron varias cosas. Quizás la más interesante de todas fue que aprovechamos la oportunidad para hacer mi baby shower. Yo sí que tenía planeado originalmente hacerlo en Enero, pero con todo lo que pasó, la verdad ya daba la oportunidad por perdida.

Debo admitir que no tenía grandes expectativas, ya que a pesar de haberles dicho a mis amigas desde Septiembre aproximadamente que tenía pensado hacerlo en una fecha determinada (que de pura casualidad terminó siendo exactamente la fecha en que pudimos hacerlo), todas de pronto tenían cosas más importantes que hacer (dos, debo decir, me habían dicho desde mucho antes que no podrían). Me dolió, y la verdad aún me da lata pensar en eso. Pero el tema de mis amistades acá no es algo de lo que quiero hablar en este post. El punto es que claro, no tenía grandes expectativas porque a falta de amigas sólo quedábamos la familia, y a pesar de que mi mami y mi hermanita estaban acá tenía la impresión de que me iba a sentir profundamente sola -y más encima, iba a quedar en el medio de interprete español-noruego-inglés-mezcla de los tres) y no iba a disfrutar nada.

Igual aprovechamos el saco de decoraciones que me habían traído mi mamá y mi hermana, compramos uno que otro detallito para complementar, y fuimos con la idea, esperando lo mejor.

La verdad, sí me sentí en el medio,  y noté la falta que fuéramos algo más que sólo miembros de la familia (más que nada en los temas de conversación, que no tuvieron nada nuevo al ser la misma gente de siempre), pero igual la pasé bien. Me sentí a gusto, y fue rico ver lo esperado que era mi bebé no sólo por Steffen y por mi, sino por todo el conjunto familiar chileno-noruego presente ese día. Comimos muchas cosas dulces (el gran plus de mi embarazo es que jamás sufrí de acidez o cómo se llame, así que comer, comía todo lo que me daba el estomaguito), tomamos cafecito, hicimos un par de juegos locos (ponerle el chupete a la guagua que se ve dibujada en papel encomienda, en la pared; no decir bebé-baby-derivados; y no me acuerdo qué más). Sencillo y acogedor, que es más de lo que esperaba de una reunión de este tipo. También muchos regalos lindos, lamento no tener fotos más detalladas de todo...

Las fotos fueron tomadas con el celular de mi hermana, yo creo que no tomé ni una sola foto! (después de todo, era la reina de la fiesta).

Centro de mesa!!

De espaldas mi mamá, luego mi suegra, mi abu-suegra "R" y la esposa del tío de Steffen "E".



Yo con casi todas (faltó mi hermana, que tomó la foto).

La mesa, con Cupcakes - regalo de E-, cheesecake -regalo de R-, lemoncake -comprado, no me gustó- y frutillas.
La bandeja vacia esperaba por waffles hechos por mi con polvo de bolsa..

Arco de la cocina; esto es baby shower y tour por la casa, todo en uno!

El entonces-futuro-padre devorándo un cupcake.

Futuro padre-futura bisabuela-madre.. Y cupcakes!

 
Nomnom, todos comiendo. El otro macho presente en la fiesta fue el tio de Steffen, "Ø".

Hermanita y mamita lindas.

Abriendo regalos

Ese osito hermoso se lo puse hasta que ya las mangas le quedaban en los codos!

Ese bodyyyyyy se veía más lindo en el!

Una selfie de la mejor de todas, mi hermanita.. y yo salí mirando para otro lado :(
 Muchas gracias a quienes estuvieron con Snoopy y conmigo ese día, en especial a mi hermana y mamá por todo el esfuerzo y cariño puesto en ese día, y en general en su tiempo de visita con nosotros.

*Si hay faltas de ortografía/tipos muy malos es porque estoy escribiendo en la penumbra mientras mi bebé duerme, usando un teclado de baja calidad y una pantalla del porte de mi mano (mi baby-tabbi).

lunes, 6 de julio de 2015

5 meses contigo

Hace casi dos semanas que cumpliste 5 meses. Pero es que quise esperar a que hicieras todas tus gracias correspondientes, porque el mes pasado me adelanté y resulta que unos días antes de cumplir cuatro meses, el 20 de Mayo, en la primera y única oportunidad en que he salido sin ti, resulta que nos regalaste tu primera carcajada. Tu padre fue el afortunado y responsable de vivir esa experiencia contigo, y tan lindo como siempre, tuvo el detalle de grabarlo para mi y los familiares, pero es que mi niño, ¡me hubiera encantado estar ahí con ustedes!
Pésima foto, pero lo más cerca que hemos estado de fotografiar tus dientes.
En este último mes te has reído como nunca, has llorado al verte frente a muchos extraños (pero afortunadamente los brazos de papá y mamá son incomparables), has sufrido con tus dientes. Sí, el 19 de junio asomaron tus dos primeros dientes, los incisivos centrales inferiores, lindos preciosos, pero ¡uuyyy, que afilados! Me han costado lágrimas cuando tienes sueño y me muerdes en vez de amamantar, o cuando simplemente te agarras a la teta utilizando tus nuevas adquisiciones para ayudarte. Duele mucho, pero más me dolería no amamantarte.

Recibiste tus segundas vacunas, y como la habías pasado tan mal con las primeras, papá pidió faltar unas horas al trabajo y se fue al control con nosotros. Como era de esperarse, apenas lloraste un poquito y al par de minutos ya te estabas riendo. ¿Habrá creído tu papá que exageré la primera vez?.

Eres feliz cuando estás"caminando" sobre tu papá, que te sujeta de las axilas con brazos adoloridos. Y tú tienes un dominio de tu propio cuerpo impresionante, y ya irgues la espalda y das pasitos y apoyas planta completa, e incluso has empezado a "saltar" sobre el estómago de papá; tu plataforma favorita. Me encanta que seas así, me encanta la relación que tienes con tu padre, esa complicidad en los juegos y en las risas. Espero que siempre puedan tener esa dinámica, que siempre se puedan sacar una sonrisa fácil uno al otro, que con la misma velocidad y entusiasmo con que tratas de comerle la nariz cada vez que lo tienes cerca, puedas dentro de unos años contarle tus problemas y tus alegrías, confiar en él, contar con él.

Te gusta el "nestún" de arroz, te gusta esparcirlo por tu cara cuando tomas tú mismo la cuchara, y comerlo de a poquitos cuando mami te lo da en la boca. Las compotas te gustan también, hasta diría que te gustan más, pero siempre estás un poquito receloso al principio, y me pones cara rara por lo ácido de la primera probada... cada vez. Te doy esas comidas como cada tres días, cuando nos da el tiempo y el ánimo. Yo quiero que cuando empieces a comer en serio lo hagas por las tuyas, a tu ritmo, en base a tus gustos. Y sobre todo, quiero que empieces de una vez con comida real. Por eso ni ahí con que comas el lunes, después de nuevo recién el viernes. Es sólo para que sepas que hay más en el mundo que sólo teta, para que conozcas lo que es una cuchara, para ir testeando cómo va tu reflejo de extrusión, y para que te entretengas en algo diferente y un poco sucio, que total se es bebé sólo una vez.
"Nestún" de arroz.
Hoy mismo, luego del par de días calurosos que fueron nuestro verano noruego (3 días, nada más), andaba una mosca grande, gorda y zumbeante dentro de la casa. Ver tus ojitos buscar el origen del zumbido, encontrar a la gordinflona y seguirla con la mirada hasta que se perdió detrás del sillón, fue una experiencia maravillosa. Tienes la capacidad de convertir incluso algo feo y molesto como una mosca tontona en algo mágico. Tú eres quien da magia a mi vida.

Has adquirido la costumbre de utilizar tu brazo como resorte para enderezarte e incluso sentarte cuando has terminado de tomar teta. Y cada día veo cómo te vas sentando un poquito mejor, y hoy por hoy ya te sostienes un par de segundos antes de irte para el lado. También irgues la espalda al sentarte a veces.

El 29 de Junio, después de que ya habías cumplido tus 5 meses, lograste chuparte el dedo gordo del pie por primera vez. Tanto esfuerzo valió la pena! Desde que descubriste tus pies que han sido tu mayor entretención, pero ¡que ahora sean tu nuevo chupete es aún mejor!


El 30 de Junio tomaste agua por primera vez. Estoy 95% segura de que ni una sola gota de líquido llegó a entrar a tu boca, pero digamos que es la primera vez, porque había agua en tu taza-patito. Después, como yo tomaba agua en un vaso de vidrio junto a ti, quisiste probar de ahí.

Esto está quedando bastante desordenado e inexacto, pero creo que el 22 de Junio, justo antes de cumplir tus 5 meses, te giraste desde la posición de guatita a la espalda. Fue casi un accidente y te veías extremadamente sorprendido, pero ahora cada vez que lo consigues te ves muy orgulloso y feliz con tu logro.

Te encanta estar de guatita/panza, y logras girar sobre ti mismo e incluso reptar con mucho esfuerzo (aún no tienes dominada la técnica, pero veo que progresas a diario). Sin embargo, no te causa gran interés estar de espalda, ni aún con juguetes y estimulación constante. Lo que sí es que cuando quieres, puedes casi casi darte vueltas de espalda a estómago, pero siempre y cuando se te de la gana (como cuando te giraste hacia donde papá mientras dormíamos y lograste escalar y despertar a tu padre para agarrarlo de la barba como manillas y morderlo en la nariz.


Te hemos pasado de forma no-oficialmente-definitiva a nuestra cama, y los tres dormimos mejor. ¡Ah! quizás debería haber mencionado esto antes, porque concierne a tus 4 meses recién cumplidos. Y es que -como sacado de libro-, cumpliste los 4 meses y empezó tu crisis o regresión del sueño, y mi bebé que se dormía sin problema alguno se convirtió en un combatiente al que me costaba horas dormir. Costó unos días difíciles, pero vamos adaptándonos, como lo hemos hecho siempre, tratando de seguir y respetar tus ritmos. A veces duermes 3 siestas de media hora, a veces 3 de dos horas, a veces una siesta y ya, pero mientras te vea feliz y sanito, trato de no preocuparme más allá (aunque cuesta). Afortunadamente, aún en los días en que cuesta un trillón hacerte dormir, tus noches son buenas. Los primeros días difíciles despertaste una vez más alrededor de las 1 am por teta y compañía, pero luego de la toma seguiste durmiendo bien, y tu toma regular sigue siendo alrededor de las 5am (aunque a veces viene a las 4:30, y a veces a las 6:15).

Te pareces a mi en que no te gusta mucho el calor. Los (3) días que tuvimos sobre 20°C no te gustaron demasiado, aunque por algún motivo te encantó que te pusiera bloqueador (no quería hacerlo antes de los 6 meses, pero el sol era inevitable y los UV estaban en rango peligroso, así que evalué que por riesgo/beneficio lo menos dañino era bloqueador).

A la sombrita, bien protegidos.
Estás enorme. Más gordo y más largo que la prima de tu primo -me contaron- que tiene 10 meses. En tu último control, el 29 de Junio, medías 69cm y ¡¡pesabas 8,26 kilos!! Si sigues así romperás el "record" de tu padre, que llegó al año pesando cerca de 12 kilos. Me encanta que estés tan grandote, aunque he tenido que pasar algunas prendas que tenía para "entre 9 y 12 meses" derechito a la bolsa de "le queda chico". Son detalles, y si somos afortunados de poder tener otro bebé, tu hermano o hermana los usará de todas maneras.

Quisiera que conocieras a los familiares (por mi lado) que te falta conocer. Quisiera que pudieras jugar con tu abuelita, que salieras de paseo con tu abuelo, que tu primo tratara de jugar contigo aún sin mucho éxito (probablemente lo más cerca que estaría sería un auto remojado en tus babas), quisiera que tus tíos pudieran tenerte en brazos. Quisiera que pudieran ser una parte constante de tu vida y no solo una imagen esporádica y distorsionada en la pantalla de mi computador. Quisiera que crecieras comiendo cazuelas, pescado frito, completos y empanadas, e incluso aceptaría que te cargara bailar cueca (como a casi todos al crecer), pero al mismo tiempo sé que eres tan afortunado de vivir acá (y de ser hombre, y de lucir/ser prácticamente blanco). Espero poder transmitirte todo lo bueno de ser chileno (aunque legalmente no lo eres y no sé si llegues a serlo, lo llevas en tu sangre) y todo lo bueno que tiene Chile. Espero poder transmitirte ese ojo crítico que sólo después de varios años fuera se me está empezando a abrir. Espero que puedas ver lo bueno de Chile, y que puedas desde donde decidas hacer tu vida, ayudar al país de tu madre a ser un lugar mejor, a ser el país que su gente se merece, y no la dictadura disfrazada en que están todos atrapados, con trabas, hambre y  -sobre todo- circo.

El sábado pasado te sentamos por primera vez un ratito a la mesa (en tu silla alta blanca). No quiero hacerlo por más de lo estrictamente necesario hasta que te puedas sentar por ti mismo, como aconsejan los fisioterapeutas, pero quería probar para estar preparada para cuando empieces a comer de verdad (falta tan poco para tus 6 meses!!).

Silla de IKEA, la recibimos de donación y quiero comprarle el cojín y la mesa que acompañan el set.
Siento que se me escapan mil cosas que has hecho, mil gracias que día a día nos hacen suspirar y humedecer los ojos, pero la idea general está clara: cada día de tu vida hace de nuestras vidas algo maravilloso; cada día te amamos más, cada día nos enseñas algo nuevo. Cada día vale la pena vivirlo contigo.

Gracias por estos casi 5 meses y medio, mi porotito. Gracias por hacerme mamá.

lunes, 18 de mayo de 2015

Cuatro meses junto a ti.


Cuatro meses desde que nos vimos por primera vez, mi niño. Cuatro meses de aprendizaje mutuo, de algunas lágrimas juntos, de errores que poco a poco voy mejorando. Cuatro meses de amarte con locura, de aprender cada detalle de tu cuerpo chiquitito, de ver cómo creces a pasos agigantados, de maravillarme con la naturaleza que ha permitido a mi cuerpo recibirte, acunarte, darte a luz y nutrirte desde mayo del año pasado y hasta la fecha.
Es increíble lo maravilloso que eres. Es increíble poder alimentarte de mi cuerpo, poder amamantar y ver cómo eso es suficiente para que crezcas sano y fuerte. Me siento, soy, afortunada de tener la cantidad de leche que tengo, aunque al principio me asustaba no tener control sobre lo que parecía cascadas de líquido blanco. Soy una afortunada, una bendecida por poder hacerlo por ti.
Eres un bebé muy tranquilo, lloras muy poquito, generalmente no más que un pequeño llantito cuando me demoro mucho en sacar la teta para que tomes (más de 20 segundos, que tranquilo y todo eres bien impaciente), y por lo mismo aún tengo grabado en el corazón el llanto desgarrador de cuando recibiste tus primeras vacunas. Me encantaría quitarte ese dolor, mi niño, tanto el pasado como el que vendrá, pero ya comprenderás que es mucho mejor un par de pinchazos cada cierto tiempo, que el riesgo de que te me enfermes.
Siento que hay una especie de magnetismo entre nosotros. Una fuerza, un lazo, una conexión, una energía. Es difícil describir, pero es que siento que tu cuerpito pequeño pertenece en mi pecho. Esa sensación la conecto con el concepto de la exterogestación, de que aún fuera de mi útero, tú y yo seguimos conectados y dependientes uno del otro. Sí, yo también dependo de ti, de tus sonrisas, de tus caricias, del sonido de tu respiración cuando duermes sobre mí… en general de tu existencia.
Siendo extremadamente subjetiva, eres el bebé más lindo que ha llegado a este mundo. Siento objetiva también opino lo mismo, y tu padre está de acuerdo. Tu sonrisa… aún no te ríes a carcajadas, pero tu sonrisa es tan maravillosa que ni hacen falta sonidos. Creo que eres un bebé feliz. Así te llamo a veces y sueles responderme con una sonrisa aún más grande, así que creo que sí, que eres feliz. Ya te he dicho muchas veces que esa es mi meta para ti; que lleves una vida que, ante todo, te haga feliz.
Esto de la maternidad se me ha dado mucho más fácil de lo que imaginaba. Por supuesto ayuda que tú seas como eres, y aunque aún me siento débil físicamente, mi espíritu va en alza día a día; porque diariamente trato de ser una mejor mamá para ti. Sé que no todo es perfecto; sobre todo en las mañanas cuando sé que lo que necesitas es que te sobe la espalda y tenga paciencia de tus movimientos bruscos, porque es cuando te atacan los gases y sólo tratas de hacerlos salir, y yo trato y trato de entretenerte con el chupete para poder dormir 5 minutitos más. Créeme que es algo que estoy en proceso de mejorar, pero mis ritmos circadianos son bastante obstinados y cuesta, aunque cada vez un poquito menos.
Duermes toda la noche, mi niño. Te acuestas entre las 20:30 y las 21:15 (rara vez estás despierto después de esa hora, no importa lo intranquilo que hayas estado antes, las 21:15 es tu "barrera") y, aunque a veces te muestras intranquilo alrededor de las 3 am, no es sino hasta las 5 de la mañana (preciso!) cuando pides leche nuevamente.
Te acostumbraste a dormir después de haber tomado leche de ambos pechos. Es la costumbre que más rápido has adquirido; una vez bastó probar y ya no necesitaste nada más. Duermes en tu cuna pegadito a nuestra cama, pero he adquirido la costumbre de dejarte durmiendo con nosotros después de alimentarte a las 5. Tú no lo necesitas, pero es que dormir junto a ti me hace sentirme completa. Eres una parte de mí. Eres lo más maravilloso que ha salido de mí, eres una manifestación viva de todo lo que tu padre significa para mí, y lo que yo significo para él. Pero, mi niño, eres también mucho más que eso.
Quiero acompañarte en cada uno de tus logros, y estoy ansiosa por cada cosa nueva que te espera, del mismo modo que quisiera congelar el tiempo para que siempre quepas en mis brazos… Ya lo dije, pero es que cuando estás en mis brazos me siento completa.
El día de la madre se celebró hace unas semanas en Chile. Realmente no es algo a lo que le vea gran relevancia desde el punto de vista celebrativo, pero debo admitir que se me humedecieron los ojos cuando temprano en la mañana despertaste, enderezaste tu cabecita, me miraste a los ojos y me sonreíste con una sonrisita cerrada de oreja a oreja que no te había visto antes, ni he vuelto a ver. Es el mejor regalo no esperado que me pudiste haber dado en ese día.
Quiero criarte con apego. Eso es lo que trato de hacer, pero día a día debo luchar con mi propio egoísmo, con la burbuja que tiende a cerrarse alrededor de mi cabeza cuando estoy cansada, y por ejemplo, te niegas a dormir una siesta aunque estés aún más cansado que yo. Lucho día a día con mis propios vacíos, con los errores que cometieron mis padres, con los errores que cometieron los padres de tu padre. Es que quiero para ti algo mejor que la mejor de las versiones de nuestras infancias combinadas. Quiero lo mejor para ti, y eso me da fuerzas para querer ser cada día una mejor versión de mi misma. Y cuesta, porque no es fácil ser responsable al 100% de un ser humano tan pequeñito, y a veces simplemente no hay más fuerzas físicas y dan ganas de parar 5 minutos y no se puede, y siento que ya no queda nada de mí en este cuerpo que te cambia pañales como hipnotizada, y lamento tanto eso, lamento sentirme aún débil físicamente, lamento flaquear y a veces no tener energías suficientes para hacer todo lo que podríamos hacer, pero a cambio de eso trato de darte todo el amor que pueda, y si hay algo que tengo, que siento por ti, es amor. Y espero nunca darte motivos para dudar cuánto te amo, ni cuan valioso eres para mí.
Gracias, mi niño, por enseñarme, por darme la oportunidad de equivocarme y por querer aprender conmigo. Hemos pasado por momentos difíciles juntos (sobre todo en la parte de lactancia) pero hemos salido victoriosos juntos. Tu padre y yo aprendemos más contigo, cada día, y estamos ansiosos por ver qué más nos enseñarás.
¡Si tuvieras idea, mi amor, cómo quiero descubrir el mundo junto a ti!