Estaba pensando, luego de hacer la primera revisión completa a mi maleta negra, en lo diferente que es esto a una mudanza normal.
En una mudanza normal, hubiera puesto muchas cosas en cajas, me hubiera llevado esas cajas poco a poco, luego un par de muebles, luego mi cama y mi ropa guardada en maletas sin mucho cuidado. Me hubiera ayudado mi familia en todo el proceso; llevando cosas conmigo, ayudándome a montar y desmontar mi escritorio mutante, a mover mi librero y a bajar la cama por la escalera.
Si esta fuera una mudanza normal, quizá seguiría viniendo a lavar ropa a la casa de mis papás, o bien me pasaría acá todos los fines de semana, y ellos pasarían a saludar cada vez que pudieran, o de vez en cuando a pedirme baño si es que me hubiera mudado a un departamento cerca del centro.
También, si la mía fuera una mudanza normal, no tendría que dejar tantas cosas detrás. Podría llevarme todos mis libros, todos mis peluches, toda mi ropa y mis zapatos, y no importaría que mis maletas estuvieran llenas hasta el tope y me tuviera que sentar sobre ellas para poder cerrarlas, porque podría ir a mi nuevo hogar, vaciarlas y volver a llenarlas con mis recuerdos y mis cosas.
Si esta fuera una mudanza normal, habríamos pasado estos días con mi hermana pintando mi nuevo dormitorio de blanco, o de gris, o del color que fuera... Habría estado acomodando mis cosas en mi nuevo armario, pensando qué cosas me faltan en la cocina, qué mierda voy a cocinar en mi primer almuerzo sola.
Si esta fuera una mudanza normal, no me darían ganas de llorar cada vez que veo sonreír a mi hermana, porque entonces verla pasar frente a mi puerta no sería un lujo del cual pronto voy a dejar de gozar, sino sólo un lujo reservado a los fines de semana, como comer dulces; algo que aprecias porque no es siempre, pero que igual sabes que volverás a tener de vuelta en un par de días...
Si esta fuera una mudanza normal, y me sintiera sola sin ellos una noche, podría tomar el auto, o esperar al otro día y tomar el bus, y, tan simple como eso, llegaría donde ellos sin más.
Si esta fuera una mudanza normal, supongo que no tendría los ojos amarillos de tanto llorar.
En una mudanza normal, hubiera puesto muchas cosas en cajas, me hubiera llevado esas cajas poco a poco, luego un par de muebles, luego mi cama y mi ropa guardada en maletas sin mucho cuidado. Me hubiera ayudado mi familia en todo el proceso; llevando cosas conmigo, ayudándome a montar y desmontar mi escritorio mutante, a mover mi librero y a bajar la cama por la escalera.
Si esta fuera una mudanza normal, quizá seguiría viniendo a lavar ropa a la casa de mis papás, o bien me pasaría acá todos los fines de semana, y ellos pasarían a saludar cada vez que pudieran, o de vez en cuando a pedirme baño si es que me hubiera mudado a un departamento cerca del centro.
También, si la mía fuera una mudanza normal, no tendría que dejar tantas cosas detrás. Podría llevarme todos mis libros, todos mis peluches, toda mi ropa y mis zapatos, y no importaría que mis maletas estuvieran llenas hasta el tope y me tuviera que sentar sobre ellas para poder cerrarlas, porque podría ir a mi nuevo hogar, vaciarlas y volver a llenarlas con mis recuerdos y mis cosas.
Si esta fuera una mudanza normal, habríamos pasado estos días con mi hermana pintando mi nuevo dormitorio de blanco, o de gris, o del color que fuera... Habría estado acomodando mis cosas en mi nuevo armario, pensando qué cosas me faltan en la cocina, qué mierda voy a cocinar en mi primer almuerzo sola.
Si esta fuera una mudanza normal, no me darían ganas de llorar cada vez que veo sonreír a mi hermana, porque entonces verla pasar frente a mi puerta no sería un lujo del cual pronto voy a dejar de gozar, sino sólo un lujo reservado a los fines de semana, como comer dulces; algo que aprecias porque no es siempre, pero que igual sabes que volverás a tener de vuelta en un par de días...
Si esta fuera una mudanza normal, y me sintiera sola sin ellos una noche, podría tomar el auto, o esperar al otro día y tomar el bus, y, tan simple como eso, llegaría donde ellos sin más.
Si esta fuera una mudanza normal, supongo que no tendría los ojos amarillos de tanto llorar.