Es la primera vez que me quedo sola en el departamento después de lo que pasó. No será por más de media hora, pero es que hay un montón de coincidencias que no logran asustarme, pero me tienen alerta.
Me enfoco en el silencio que reina en toda la casa. Sola, sola de verdad, porque más temprano estaba sola en nuestra sección, pero sentía los ruidos de los demás, y para bien o para mal, eso cambia las cosas.
Silencio interrumpido por el soplar del viento, y por los booms de los fuegos artificiales disparados antes de tiempo. El lugar se siente helado, el silbido constante del refrigerador hace que mis oídos palpiten y me produce sólo una sensación: aborrezco este lugar.
El pensamiento que me dibuja una sonrisa tenue es empacar, seleccionar cosas, botar cosas que tengo guardadas no sé por qué. Empacar y salir de aquí para no volver jamás.
No siento melancolía de este lugar, manchado de tantas promesas rotas y tantas lágrimas. A veces siento que esta casa está marcada por la tragedia, y cada vez que alguien se atreve a decir entre sus paredes que "la vida es buena", viene el destino de la casa a acuchillarle por la espalda.
Supongo que debería sentir cierto apego al lugar. Después de todo, es acá donde empezamos nuestro camino con Steffen, acá donde empezamos a ser pareja, acá donde pulimos nuestras diferencias una por una y aprendimos a ser dos y uno a la vez. Aquí es donde tantas veces reímos juntos y agradecimos al destino, las fuerzas magnéticas, Tesla, Dios y todos los factores que pueden haber influido en haber tenido la suerte de habernos encontrado.
Pero no. Los recuerdos, los buenos y los malos, me los llevaré conmigo donde quiera que vaya. Siga mi camino sola o con Steffen, todo lo que vivimos no está asociado a esta casa, a este departamento, a estos muebles.
Una bengala me reconecta al mundo real.
Quiero salir de aquí.
El único motivo por el que seguí en la carrera una de las varias veces que colapsé mientras estuve en la universidad, fue porque tenía mi meta clara. Terminar la carrera era el precio/requisito para poder cumplir mi sueño de comprar un departamento de los años 60 y repararlo y pintarlo y hacer de él mi hogar.
Después conocí a Steffen y la felicidad me cegó y me hizo ver que en realidad se podía aún esperar un poco más, y en vez de trabajar para comprar-construir el hogar de mis sueños, me vine a construir la familia de mis sueños primero, y dejé el hogar para después.
Hace unas semanas, cuando el sueño de la familia que había formado colapsó y el castillo se derrumbó; no sólo me enfrenté al hecho de que mi familia no es perfecta sino sino también al hecho de que mi sueño, el que me movió y me trajo de vuelta a la realidad cuando estuve en el período más oscuro de mi vida, estaba tan enterrado y postergado que las ganas de luchar se me estaban apagando, porque se me iban las energías en seguir a Steffen en sus sueños.
Por unos días pensé que la respuesta estaba en volver a Chile. Pensé en Valdivia, una de las ciudades más lindas en que he estado y que siempre he deseado recorrer más a fondo. Me imaginé viviendo ahí, sola o con Steffen, volviendo al caos de la cultura chilena, recorriendo ferias libres, conversando con la gente, teniendo que batallar con la economía para pagar mi pequeño departamento viejo. Pero en realidad la respuesta no está en el lugar donde viva, estar en noruega no tiene la culpa de que no esté haciendo lo que quiero. Steffen tampoco. Ni ser inmigrante. Ni nada ni nadie excepto yo misma.
Y esa es mi meta para el año que viene. Este 2014 vamos por nuestra casa propia :)
Feliz año!
Me enfoco en el silencio que reina en toda la casa. Sola, sola de verdad, porque más temprano estaba sola en nuestra sección, pero sentía los ruidos de los demás, y para bien o para mal, eso cambia las cosas.
Silencio interrumpido por el soplar del viento, y por los booms de los fuegos artificiales disparados antes de tiempo. El lugar se siente helado, el silbido constante del refrigerador hace que mis oídos palpiten y me produce sólo una sensación: aborrezco este lugar.
El pensamiento que me dibuja una sonrisa tenue es empacar, seleccionar cosas, botar cosas que tengo guardadas no sé por qué. Empacar y salir de aquí para no volver jamás.
No siento melancolía de este lugar, manchado de tantas promesas rotas y tantas lágrimas. A veces siento que esta casa está marcada por la tragedia, y cada vez que alguien se atreve a decir entre sus paredes que "la vida es buena", viene el destino de la casa a acuchillarle por la espalda.
Supongo que debería sentir cierto apego al lugar. Después de todo, es acá donde empezamos nuestro camino con Steffen, acá donde empezamos a ser pareja, acá donde pulimos nuestras diferencias una por una y aprendimos a ser dos y uno a la vez. Aquí es donde tantas veces reímos juntos y agradecimos al destino, las fuerzas magnéticas, Tesla, Dios y todos los factores que pueden haber influido en haber tenido la suerte de habernos encontrado.
Pero no. Los recuerdos, los buenos y los malos, me los llevaré conmigo donde quiera que vaya. Siga mi camino sola o con Steffen, todo lo que vivimos no está asociado a esta casa, a este departamento, a estos muebles.
Una bengala me reconecta al mundo real.
Quiero salir de aquí.
El único motivo por el que seguí en la carrera una de las varias veces que colapsé mientras estuve en la universidad, fue porque tenía mi meta clara. Terminar la carrera era el precio/requisito para poder cumplir mi sueño de comprar un departamento de los años 60 y repararlo y pintarlo y hacer de él mi hogar.
Después conocí a Steffen y la felicidad me cegó y me hizo ver que en realidad se podía aún esperar un poco más, y en vez de trabajar para comprar-construir el hogar de mis sueños, me vine a construir la familia de mis sueños primero, y dejé el hogar para después.
Hace unas semanas, cuando el sueño de la familia que había formado colapsó y el castillo se derrumbó; no sólo me enfrenté al hecho de que mi familia no es perfecta sino sino también al hecho de que mi sueño, el que me movió y me trajo de vuelta a la realidad cuando estuve en el período más oscuro de mi vida, estaba tan enterrado y postergado que las ganas de luchar se me estaban apagando, porque se me iban las energías en seguir a Steffen en sus sueños.
Por unos días pensé que la respuesta estaba en volver a Chile. Pensé en Valdivia, una de las ciudades más lindas en que he estado y que siempre he deseado recorrer más a fondo. Me imaginé viviendo ahí, sola o con Steffen, volviendo al caos de la cultura chilena, recorriendo ferias libres, conversando con la gente, teniendo que batallar con la economía para pagar mi pequeño departamento viejo. Pero en realidad la respuesta no está en el lugar donde viva, estar en noruega no tiene la culpa de que no esté haciendo lo que quiero. Steffen tampoco. Ni ser inmigrante. Ni nada ni nadie excepto yo misma.
Y esa es mi meta para el año que viene. Este 2014 vamos por nuestra casa propia :)
Feliz año!
Ojalá tu meta se pueda cumplir Su, creo que es esperanzador tener una meta propia y eso nos moviliza =)
ResponderBorrarFeliz año 2014 y que venga cargado de cosas positivas!!!!!!!!!!!
Besos y abrazos!!
No entiendo mucho lo que ha pasado, ni tampoco me voy a meter en tu vida. Solo te digo que cada situación tiene sus ventajas y desventajas y lo bueno es que sé que de eso has aprendido muchísimo y te ha hecho quien eres hoy en día. Muchas bendiciones para tí y mis mejores deseos para el próximo año.
ResponderBorrarxx
Feliz año Su!!
ResponderBorrarLamento la nostalgia que de percibe en tus letras, espero todo mejore y vamos por esa meta! un gran abrazo y si necesitas algo cuenta conmigo, bendiciones!
Que se cumplan todos tus sueños en este 2014, especialmente el de la casa propia.
ResponderBorrarAbrazos
Y se cumplió! Seguramente más rápido y más fácil de lo que pensaste.
BorrarY se cumplió! Seguramente más rápido y más fácil de lo que pensaste.
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