(Parte I, Parte II, Parte III, Parte IV)
El proceso de inducción fue simple.
13:00 - Una tableta insertada vaginalmente. Espera de 4 horas con monitoreo fetal y de contracciones.
17:00 - Primera tableta oral. Nuevamente monitoreo, espera de dos horas.
19:00 - Segunda tableta oral. Monitoreo y espera.
**El proceso normal consiste en la tableta vaginal más 4 tabletas orales, una cada dos horas. Si esto aún no induce el parto, se procede a utilizar medicinas más fuertes que van directo a la vena.
Sin embargo, con la segunda tableta o pastilla, ya mi cuerpo respondió. Empezaron las contracciones regulares y frecuentes, aunque yo aún no sentía dolor. Lógicamente, no necesité el resto del tratamiento normal de inducción.
Me transfirieron a la unidad de maternidad clínica. Linda sala, a pesar de no ajustarse a mi plan original, me hace sentir cómoda. Es acogedora, no se siente ni fría ni demasiado clínica.
El Parto.
**He escrito esta parte de forma bastante íntima y con bastante detalle, para mi registro personal - usted tiene el derecho de no leerlo si así lo prefiere**
Una vez instalados con nuestras cosas, me empiezan a revisar. Cerca de las 00:00 deciden romperme la bolsa para acelerar el proceso. Lo hacen con una especie de crochet largo que al verlo me da escalofríos. Decido confiar en la experiencia de las matronas y, por supuesto, no siento nada más que el líquido amniótico correr cuando ya el paso está dado, con monitor instalado en la cabeza del bebé incluido. Lo que se me viene a la cabeza es: -"Dios, ¡qué manera de haber líquido ahí dentro!".
Entonces, y con 3 cm de dilatación, empezaron las contracciones con dolor. Nada del otro mundo, pero se dejaban sentir, pero gracias a buenas cantidades de gas de la risa, no fue tan terrible. De todas maneras agradecí al cielo cuando fui informada de que, por ser un caso de riesgo, se me iba a administrar la anestesia epidural sí o sí, y que eso sería muy pronto. Pregunto por un enema, me dicen que hay tiempo para eso, que no me preocupe.
A las 01:00 del 23, el médico anestesista me puso la vía en la espalda, en lo que se sintió como una eternidad tratando de mantenerme quieta entre contracción y contracción. Afortunadamente no fue doloroso, ya que antes de hacerlo me administraron anestesia local. Igual al médico le costó encontrar el punto, dijo que yo era un poco más baja de lo que él está acostumbrado (esto de ser minoría étnica :P).
A las 1:30 de la madrugada ya tenía 4 cm de dilatación, y con la epidural haciendo efecto, el viaje de las horas siguientes fue un lindo paseo en el que pude dormir, relajarme y juntar energías para lo que se venía.
A las 3:40 ya tenía 7 cm de dilatación, pero no estaba dilatando de forma pareja así que me recomiendan voltearme al lado que estaba menos dilatado para ayudar a "emparejar". Esto ni idea si funcionó en su objetivo, pero sí sirvió para que la epidural "se me fuera para un lado" y me dejara el lado que tenía en altura con contracciones que no me hicieron llorar sólo porque no me dejé. Afortunadamente, nada que un "shot" de epidural no pueda arreglar. De acuerdo al monitor, y a mi pierna no-drogada, mis contracciones están vueltas locas. Pregunto nuevamente por el enema, pero me dicen que ahora estoy demasiado dilatada y ya es muy tarde. ¡Diablos!, pienso. Pero bueno, obligada a tomarlo como venga, y mientras mi bebé salga bien de ahí, poco más me importa qué suceda allá abajo.
A las 04:25, de acuerdo a los registros de Steffen, me pusieron un catéter de orina, luego de tratar infructuosamente de orinar.
De todas maneras, a las 07:44 me llevan al baño para tratar de evacuar lo más posible. Para entonces las contracciones ya no hacen caso de la epidural, y como la sensibilidad en toda mi mitad inferior es casi nula, me ayudo de las contracciones para tratar de vaciar las tripas. Me quedo en el baño hasta que ya no aguanto las contracciones. Vuelta a la habitación, en eso ya han hecho cambio de turno y la matrona que me acompañó durante todo el proceso se ha ido. En un principio no me gusta, pienso que quizás la que llegaba no iba a ser tan buena (la primera era un amor, me sentí muy en confianza con ella). Afortunadamente esta matrona, una estudiante, era excelente y a pesar de que no hubo mucha conversa y todo fue más "acción" con ella, me sentí muy cómoda e hizo un trabajo excelente :)
De vuelta en la habitación, casi inmediatamente empecé a pujar. Al principio se me hizo difícil, porque no sentía que nada cambiara. Todo mejoró cuando ya sentí a mi bebé abriéndose camino, cuando pude sentir su cabeza presionando hacia abajo (o hacia el lado, técnicamente, ya que estaba en una posición prácticamente vertical), ahí fue una experiencia tan maravillosa, casi de placer, el sentir cómo mi cuerpo trabajaba, cómo todo era una sincronía perfecta, un proceso tan biológicamente puro y sobre el que no tenía control, pero que a la vez se sentía tan propio, tan intensamente mío. Sé que fue difícil, sé que fue intenso. Pero sinceramente no recuerdo esa parte del parto como dolorosa. Llena de inmensas e indescriptibles sensaciones, pero no dolorosa.
Pujé durante 50 minutos y el 23 de enero a las 09:11 de la mañana, nació nuestro Snoopy, con el cordón con una vuelta alrededor del cuello, sin complicaciones. Al verlo lo reconocí de inmediato. Él es mi hijo, siempre ha sido él y nada en él podría ser de otra forma. Era él, es él. Único. Perfecto. Maravilloso. Mío.
La sensación de su piel calentita contra mi cuerpo por primera vez aún la tengo pegada a la piel, y espero que no se me olvide nunca. Recordarla es como sentir ese hilo rojo que dicen que conecta a las personas, me hace sentirme más conectada a él de lo que normalmente me siento.
El proceso de inducción fue simple.
13:00 - Una tableta insertada vaginalmente. Espera de 4 horas con monitoreo fetal y de contracciones.
17:00 - Primera tableta oral. Nuevamente monitoreo, espera de dos horas.
19:00 - Segunda tableta oral. Monitoreo y espera.
**El proceso normal consiste en la tableta vaginal más 4 tabletas orales, una cada dos horas. Si esto aún no induce el parto, se procede a utilizar medicinas más fuertes que van directo a la vena.
Sin embargo, con la segunda tableta o pastilla, ya mi cuerpo respondió. Empezaron las contracciones regulares y frecuentes, aunque yo aún no sentía dolor. Lógicamente, no necesité el resto del tratamiento normal de inducción.
El registro en fondo gris muestra mis contracciones :) |
Me transfirieron a la unidad de maternidad clínica. Linda sala, a pesar de no ajustarse a mi plan original, me hace sentir cómoda. Es acogedora, no se siente ni fría ni demasiado clínica.
El Parto.
**He escrito esta parte de forma bastante íntima y con bastante detalle, para mi registro personal - usted tiene el derecho de no leerlo si así lo prefiere**
Una vez instalados con nuestras cosas, me empiezan a revisar. Cerca de las 00:00 deciden romperme la bolsa para acelerar el proceso. Lo hacen con una especie de crochet largo que al verlo me da escalofríos. Decido confiar en la experiencia de las matronas y, por supuesto, no siento nada más que el líquido amniótico correr cuando ya el paso está dado, con monitor instalado en la cabeza del bebé incluido. Lo que se me viene a la cabeza es: -"Dios, ¡qué manera de haber líquido ahí dentro!".
Entonces, y con 3 cm de dilatación, empezaron las contracciones con dolor. Nada del otro mundo, pero se dejaban sentir, pero gracias a buenas cantidades de gas de la risa, no fue tan terrible. De todas maneras agradecí al cielo cuando fui informada de que, por ser un caso de riesgo, se me iba a administrar la anestesia epidural sí o sí, y que eso sería muy pronto. Pregunto por un enema, me dicen que hay tiempo para eso, que no me preocupe.
A las 01:00 del 23, el médico anestesista me puso la vía en la espalda, en lo que se sintió como una eternidad tratando de mantenerme quieta entre contracción y contracción. Afortunadamente no fue doloroso, ya que antes de hacerlo me administraron anestesia local. Igual al médico le costó encontrar el punto, dijo que yo era un poco más baja de lo que él está acostumbrado (esto de ser minoría étnica :P).
A las 1:30 de la madrugada ya tenía 4 cm de dilatación, y con la epidural haciendo efecto, el viaje de las horas siguientes fue un lindo paseo en el que pude dormir, relajarme y juntar energías para lo que se venía.
A las 3:40 ya tenía 7 cm de dilatación, pero no estaba dilatando de forma pareja así que me recomiendan voltearme al lado que estaba menos dilatado para ayudar a "emparejar". Esto ni idea si funcionó en su objetivo, pero sí sirvió para que la epidural "se me fuera para un lado" y me dejara el lado que tenía en altura con contracciones que no me hicieron llorar sólo porque no me dejé. Afortunadamente, nada que un "shot" de epidural no pueda arreglar. De acuerdo al monitor, y a mi pierna no-drogada, mis contracciones están vueltas locas. Pregunto nuevamente por el enema, pero me dicen que ahora estoy demasiado dilatada y ya es muy tarde. ¡Diablos!, pienso. Pero bueno, obligada a tomarlo como venga, y mientras mi bebé salga bien de ahí, poco más me importa qué suceda allá abajo.
A las 04:25, de acuerdo a los registros de Steffen, me pusieron un catéter de orina, luego de tratar infructuosamente de orinar.
De todas maneras, a las 07:44 me llevan al baño para tratar de evacuar lo más posible. Para entonces las contracciones ya no hacen caso de la epidural, y como la sensibilidad en toda mi mitad inferior es casi nula, me ayudo de las contracciones para tratar de vaciar las tripas. Me quedo en el baño hasta que ya no aguanto las contracciones. Vuelta a la habitación, en eso ya han hecho cambio de turno y la matrona que me acompañó durante todo el proceso se ha ido. En un principio no me gusta, pienso que quizás la que llegaba no iba a ser tan buena (la primera era un amor, me sentí muy en confianza con ella). Afortunadamente esta matrona, una estudiante, era excelente y a pesar de que no hubo mucha conversa y todo fue más "acción" con ella, me sentí muy cómoda e hizo un trabajo excelente :)
De vuelta en la habitación, casi inmediatamente empecé a pujar. Al principio se me hizo difícil, porque no sentía que nada cambiara. Todo mejoró cuando ya sentí a mi bebé abriéndose camino, cuando pude sentir su cabeza presionando hacia abajo (o hacia el lado, técnicamente, ya que estaba en una posición prácticamente vertical), ahí fue una experiencia tan maravillosa, casi de placer, el sentir cómo mi cuerpo trabajaba, cómo todo era una sincronía perfecta, un proceso tan biológicamente puro y sobre el que no tenía control, pero que a la vez se sentía tan propio, tan intensamente mío. Sé que fue difícil, sé que fue intenso. Pero sinceramente no recuerdo esa parte del parto como dolorosa. Llena de inmensas e indescriptibles sensaciones, pero no dolorosa.
Pujé durante 50 minutos y el 23 de enero a las 09:11 de la mañana, nació nuestro Snoopy, con el cordón con una vuelta alrededor del cuello, sin complicaciones. Al verlo lo reconocí de inmediato. Él es mi hijo, siempre ha sido él y nada en él podría ser de otra forma. Era él, es él. Único. Perfecto. Maravilloso. Mío.
La sensación de su piel calentita contra mi cuerpo por primera vez aún la tengo pegada a la piel, y espero que no se me olvide nunca. Recordarla es como sentir ese hilo rojo que dicen que conecta a las personas, me hace sentirme más conectada a él de lo que normalmente me siento.
Nuestra primera foto juntos :) |
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