Después de visitar a Steffen, partí con destino a Gamle Stavanger, un barrio del que ya les había hablado
aquí, pero me acabo de dar cuenta que los enlaces de las fotos están todos muertos y no llama nada a leer lo que hay alrededor de los cuadros negros, así que les contaré a grandes rasgos lo especial de este lugar.
Gamle Stavanger ("Viejo Stavanger") es una área dentro del centro de la ciudad que preserva 173 casas/cabañas blancas de madera, que datan de los años 1800s. Es el centro histórico de Stavanger e incluye varios talleres de artesanía, el museo de enlatados/conservas (Norsk Hermetikkmuseum) y calles de adoquines que, junto con las casas blancas, son la marca característica del lugar. Gamle Stavanger tiene las casas de madera mejor conservadas del norte de Europa y han ganado diversos premios por sus esfuerzos para preservar estas edificaciones históricas.
Ese día entonces fui a Gamle Stavanger sin detenerme mucho rato en el barrio mismo; estaba tan lleno de turistas que me fui directo al Hermetikkmuseum, que está albergado en una de las antiguas fábricas de conservas ubicada en Øvre Strandgate 88 (su interior data desde alrededor del 1880 y el 1930), ya que tenía pendiente conocerlo desde la vez anterior que estuve acá. Obviamente como mi suerte es única, se me acabaron las pilas de la cámara luego de tomar apenas una foto, así que tomé un par más con el celular y en realidad no son muy buenas, pero el museo definitivamente vale la pena conocerlo; hay harta historia para ver; las máquinas de la época, vídeos y fotos de la gente que trabajaba ahí. El morfar de Steffen (abuelo materno) trabajó allí cuando era apenas un niño (no sé la edad exacta, pero creo que no tenía más de 12 años) y en cada foto que vi donde aparecían niños me preguntaba si alguno de ellos era él.
La muestra está dividido en secciones que les detallaré a continuación:
- Producción de latas. En el departamento de producción de latas, los cuerpos y tapas de las latas eran estampados utilizando grandes prensas. Además, aquí se les aplicaba el sellador de goma.
- Producción de bolas de pescado/albóndigas de pescado. El pescado era picado, mezclado con harina, leche y aliños y después se les daba la forma de bolas con un molde especial. Después de eso, las bolas eran hervidas y enlatadas. La misma receta era utilizada para las croquetas de pescado (fiskekaker), con la diferencia de que estos eran fritos en vez de hervidos.
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Supongo que sería donde freían los fiskekaker. |
- Producción de sardinas.
- Captura: Los espadines eran pescados en los fiordos desde Mayo-Junio hasta Octubre, y luego era llevado fresco a las fábricas en cajas de 20L, empacadas con hielo.
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Peces de goma "recién pescados". |
- Salazón: En la fábrica, los peces eran primero lavados y luego puestos en una solución salina (salmuera), por 5-7 minutos.
- Atado: Los peces eran luego enganchadas en una barra de acero de 65cm de largo, con capacidad para unas 22-24 pescados cada una.
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Peces en las barras de acero. |
- Ahumado: Luego de esto, las barras con peces eran llevadas a la sala de ahumado y colgadas en los hornos. Los peces eran ahumados en dos etapas: primero en la parte alta del horno, por 20-30 minutos, y después en la parte baja, bajo llama desnuda, por media hora.
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Peces de goma en el horno. |
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Estos eran verdaderos y uno los podía probar :) |
- Remoción de cabezas: En los primeros días, las cabezas eran removidas con tijeras, pero desde alrededor del 1905 se empezó a utilizar máquinas decapitadoras, que podían decapitar alrededor de 700 peces al mismo tiempo (un marco completo).
- Limpieza de las barras: Las cabezas de los peces eran retiradas de las barras mediante un dispositivo similar a la cabeza de un tenedor con muchos dientes. Las cabezas eran usadas para forraje animal y como fertilizante.
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Pez de goma decapitado. |
- Clasificación: Los peces eran clasificados por tamaño y enlatados a mano. Entiendo que esta parte es en la que trabajaba el morfar.
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Clasificación de los peces ya decapitados. |
- Añadido de aceite: Desde alrededor de 1910, se añadía aceite de oliva automáticamente con una máquina. Antes, el aceite era agregado manualmente utilizando una jarra o copa.
- Soldado y engatillado: La máquina de engatillado para latas rectangulares fue inventada en el cambio de siglo, y con esto desapareció el mayor cuello de botella de la industria de enlatados. Antes de que esta se inventara, las tapas de las latas debían ser soldadas. Un soldador experimentado podía completar 500-600 latas por día. La máquina de engatillado Reinert podía sellar alrededor de 1000 latas en sólo una hora.
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Ese niño es uno de los que pensé que podría ser el abuelo de Steffen. |
- Esterilización de latas: Las latas eran esterilizadas en un autoclave; que es una especie de olla a presión grande. El hervidor que producía el vapor necesario para este proceso, es el mismo que se utilizaba para las calderas en que eran hervidas las bolas de pescado y para calentar la fábrica.
- Lavado: Luego de la esterilización, las latas eran lavadas, etiquetadas y empacadas en cajas de madera, listas para ser exportadas a todos los mercados del mundo.
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Algunas etiquetas |
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Detalle etiquetas. |
- Sala principal del segundo piso. Actualmente se utiliza para exhibiciones, pero originalmente era la sala de empaque y actualmente aún posee una mesa de empaque y una máquina empaquetadora (1930), donde las cajas eran etiquetadas.
- Los antiguos baños. También en el segundo piso se ubican los antiguos baños (2).
- Oficina del capataz. Ahí se puede observar una banca a la izquierda con cajones, una especie de megáfono en la pared, un escritorio y un teléfono (original). También hay una escupidera en el piso, cerca del escritorio.
- Sala de juntas del director. Esta es una reproducción auténtica de la sala de juntas de Stavanger Preserving Co. y está amoblada con ítemes originales de la fábrica de enlatados más antigua de Stavanger.
- Oficina de los contadores.
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"Necesitamos cada uno de los pescados de goma que están en el museo. ¿Quiere uno? Cómpralo en el mostrador." |
Cuando compré la entrada (que costó 60,-kr), la niña me confirmó lo que había leído en un cartel; que la entrada a este museo me daba derecho a entrar también al museo marítimo de Stavanger (Stavanger Sjøfartsmuseum) y -creo que- al museo de arte (Stavanger Kunstmuseum). Una de las cosas de aquí que me gusta :)
Ya, cuando terminé de ver el museo salí de ahí y me puse a caminar hacia el centro por la misma calle del museo, paralela a una de las principales, aunque sin un destino fijo. Justo pasé a la calle principal del centro en la parte donde está el museo marítimo, así que, aprovechando, entré. Ahí era más oscuro que en el museo anterior así que ni siquiera hice el intento de tomar fotos, pero habían muchos, muchos barcos a escala (que a mi me fascinan) y muchas otras cosas que vale la pena ver.
Cuando salí de ese museo, estaba empezando a pensar en qué hacer después cuando me acordé que mi celular estaba en silencio por los museos, así que lo saqué para devolverle el sonido y justo me empieza a llamar mi suegra para invitarme a su casa, así que le dije que ya, que iba al tiro.
Para ir donde mi suegra desde nuestro departamento hay que tomar un bus (digamos que se llama A) que, luego de pasar por el centro, deja en una calle principal relativamente cercana a donde ella vive, o bien, desde el centro, tomar un bus B que deja afuera de su edificio. Como según yo estaba más cerca del paradero de A, preferí caminar hacia allá; así me iba a la segura porque a parte, es un bus que ya he tomado varias veces antes. Caminé entonces y esperé unos 20 minutos sobre la hora estimada de llegada (los horarios de las micros acá en Stavanger funcionan como las pelotas, pésimo), tomé el bus, me senté y empecé a revisar las fichas con verbos en noruego que tengo en una aplicación del teléfono e iba bien inspirada en eso cuando de pronto, en uno de los paraderos, me doy cuenta que, por culpa de la costumbre, había tomado el bus no con dirección a mi suegra sino con dirección a nuestro departamento!
D'oh! Entonces, salí corriendo (aprovechando que estaba detenido) y crucé la calle para tomarlo de vuelta, o sea en el sentido en que tenía que haber sido originalmente.
Estaba en la espera del bus A nuevamente, cuando veo que en el sentido contrario va el bus B! Entonces pensé: "fantástico, simplemente tomo la B acá y llego directo". La idea se veía prometedora así que revisé los horarios en el paradero y vi que habían dos recorridos, digamos que B1 y B2. B1 llegaba hasta el centro solamente, mientras que B2 nombraba un lugar que sabía que había escuchado antes, pero no tenía idea de dónde quedaba. Como seguro no iba al centro, asumí que debía ser el otro.
Esperé y cuando por fin vino subí y, aunque venía lleno, pronto pude encontrar un asiento. La micro siguió su recorrido y yo iba mirando los lugar lindos por los que pasaba, reconociendo siempre, hasta que de pronto vi un lugar bien conocido que, sin embargo, yo sabía que no estaba para nada en el camino hacia donde mi suegra. Mierda, tomé la micro en el sentido equivocado nuevamente!
Más encima, la población a la que se metió se veía bien a mal traer (un barrio pakistaní, por lo que me dijeron después), así que, si bien no me dio miedo (aún me quedan vivos los sistemas de alerta contra el
flaite chileno y
sabía que no me iba a pasar nada ahí), por si acaso decidí quedarme en la micro hasta que diera la vuelta completa o hasta que el chofer me echara abajo (lo que pasara primero).
Afortunadamente, el recorrido en esa población era corto y pronto estuvimos de vuelta en el centro y luego encaminamos hacia donde originalmente tenía que haber ido.
Obviamente, como mi suerte es grande, no solo había tomado la micro en la dirección equivocada, sino que, además, había tomado la que, dentro del sector donde vive mi suegra, hace el recorrido más largo, dando vueltas y vueltas casi por cada calle que se encuentra. Esa micro pasa cada una hora -la otra se va directo a donde yo iba- y justo me tenía que tocar a mi!
Así que al final, después de haber dejado el centro a eso de las 15.00, llegué donde mi suegra pasadas las 17.00, media mareada con tanta vuelta del bus y ya cansada de tanto ir y venir. Apenas me tomé un té con ella y ya me quise venir a casa de lo agotada que me sentía. Igual me dio cosa porque la pobre estuvo esperándome harto rato y yo creo que no estuve allí más de 45 minutos, pero si no capaz que me quedara dormida en su living (no sería la primera vez en todo caso).
Pero la aventura estuvo entretenida! Conocí hartos lugares lindos y nuevamente me di cuenta de lo mucho que me he acostumbrado a estar acá; si ya ni pienso que bus tomar! (nota mental: pensar antes de tomar el bus).
El post está larguísimo, así que si tuvieron la entereza de llegar al final, felicitaciones y gracias! Espero que el relato no los haya decepcionado.