Páginas

martes, 14 de agosto de 2012

Johannes Læringssenter

El lunes pasado, como había dicho, fui al Johannes Læringssenter (donde se imparte, entre otras cosas, el curso de noruego) a ver si me podía inscribir aún sin tener el personnummer. Me programé para llegar allá a las 12, la hora a la que abrían las inscripciones, pero olvidé el detalle de que en verano el transporte anda a cualquier hora y terminé tomando la micro (bus) casi a las 12. Igual afortunadamente llegué allá antes de las 12.30 y cuando por fin encontré la entrada (que está por detrás y casi no hay señales de cómo llegar) tomé un número y me senté a esperar justo al lado de un hombre y una mujer que hablaban en español (no les he dicho yo que esta ciudad está plagada de hispanohablantes). Mi número era el 77 e iban en el 24 así que no tenía grandes esperanzas de que me atendieran ese día.
No pasó mucho rato y en eso de la oficina de registros salió una mujer asiática acompañada de un hombre no asiático y el hombre empezó a hablar en inglés con una segunda mujer asiática que estaba sentada a mi izquierda, contándole que la mujer asiática número uno no había podido inscribirse en el curso porque no tenía visa. Obviamente con ese antecedente no tenía esperanzas con respecto a mi caso, así que le empecé a escribir un mensaje a Steffen contándole las malas noticias y preguntándole si apoyaba mi decisión de irme para la casa, pero en eso empecé a hablar con el hombre hispanohablante (colombiano-español) y luego con la mujer, una francesa que hablaba español casi perfecto. Al rato salen los funcionarios de la oficina a avisar que se iban a ir a tomar un café por 15 minutos y ahí la francesa se pone a alegar y hace notar que no habían 50 personas en la sala de espera (a lo más habíamos unos 20) y el colombiano le cuenta que poco después que él llego la máquina de los números se "volvió loca" y soltó un montón de números y los botaron a la basura. Entonces la francesa fue al basurero y empezó a repartir los números que encontró entre la gente que estaba ahí. Yo como ya había decidido irme no fui, pero después cuando volvieron a su asiento me decían que no sé quién había podido inscribirse y -"ya" -dije- "por ultimo me quedo a preguntar". Entonces una mujer que estaba ahí desde antes que yo y que había cogido un "mejor" número cuando la francesa los repartió, me dio su número viejo; el 55.
En eso llegó una mujer venezolana con su hija y también empezamos a conversar. La mamá me dijo que ella iba a renovar su matrícula y que su hija venía a "renunciar" porque había sido aceptada en la universidad. Además, me dijo que su marido la había inscrito a ella sin tener el personnummer así que ya decidí definitivamente quedarme.
Esperé bastante y cuando ya me moría de hambre (a eso de las 14.00 horas) por fin me llamaron!! Entré y le conté al caballero que me atendió mi dilema y me dijo que sí se podía!!
Es que por lo que me dijeron, no es que uno llegue y se inscriba, es en realidad es una especie de postulación, porque los cupos los llenan primero con los refugiados, que como dependen del estado, les conviene integrarlos a la sociedad lo más pronto posible y los que no necesitamos tanto la integración, quedamos para el final. Eso según las venezolanas (la señora me contaba que en el curso que ella había tomado el semestre pasado, a los refugiados les exigían mucho más que a ella y se notaba la diferencia.
Pero bueno, no me importa qué tanto me exijan, si igual lo intentaré de hacer lo mejor posible; tratar de aprender lo que no sé aún y tratar de reforzar las cosas que ya he aprendido y si no son tan cargosos conmigo creo que estaré más relajada en, por ejemplo, las cosas orales (si es que hay que hacer cosas orales, no tengo idea) pues ya tengo más que claro que mientras más relajada esté en un ambiente social, mejor hablo.
En resumen, según me dijo el caballero que me atendió me dijo que me tiene que llegar una carta con la respuesta y con la fecha en que me tocaría empezar, aunque dijo que lo más probable es que fuera en Octubre. Además, me dijo que apenas tuviera los papeles (personnummer y, sobre todo, el certificado que dice que estoy eximida del pago por ser esposa inmigrante) fuera a verlo nuevamente, si no, nos toca pagar! Obviamente le haré caso; ni ahí con estar pagando tanta plata :P

Y eso pues, que parece que cuando menos tengo esperanzas de que las cosas resulten, es cuando mejor salen.

De regalo, les dejo una foto del centro ese día. Llovió tanto en Noruega que hubo inundaciones en algunos lugares, pero afortunadamente, en Stavanger nos salvamos :)


Saludos!

1 comentario:

  1. Hiciste bien en esperar, no siempre hay que tomar decisiones basadas en experiencias ajenas.
    Ojalá no te toque pagar por ser esposa inmigrante.
    Te retorno los saludos.

    ResponderBorrar

Gracias por pasar!