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miércoles, 3 de abril de 2013

Angelo Merendino - The Battle We Didn't Choose (La batalla que no elegimos)

The first time I saw Jennifer I knew. I knew she was the one. I knew, just like my dad when he sang to his sisters in the winter of 1951 after meeting my mom for the first time, “I found her.”

La primera vez que vi a Jennifer, lo supe. Supe que ella era la indicada. Lo supe, tal como mi papá cuando le cantó a sus hermanas en el invierno de 1951 después de conocer a mi mamá por primera vez. "La encontré".

A month later Jen got a job in Manhattan and left Cleveland. I would go to the city – to see my brother, but really wanting to see Jen. At every visit my heart would scream at my brain, “tell her!!” but I couldn’t work up the courage to tell Jen that I couldn’t live without her. My heart finally prevailed and, like a schoolboy, I told Jen “I have a crush on you.” To the relief of my pounding heart, Jen’s beautiful eyes lit up and she said “Me too!”

Un mes más tarde Jen encontró un trabajo en Manhattan y dejó Cleveland. Yo iba a la ciudad a ver a mi hermano, pero en realidad queriendo ver a Jen. En cada visita mi corazón le gritaba a mi cerebro, - "¡¡dile!!". Pero no podía reunir el coraje para decirle a Jen que no podía vivir sin ella. Mi corazón finalmente venció y, como un adolescente, le dije a Jen - "estoy enamorado de ti". Para relajo de pobre corazón, los hermosos ojos de Jen se abrieron y ella dijo - "yo también".

Six months later I packed up my belongings and flew to New York with an engagement ring burning a hole in my pocket. That night, at our favorite Italian restaurant, I got down on my knee and asked Jen to marry me. Less than a year later we were married in Central Park, surrounded by our family and friends. Later that night, we danced our first dance as husband and wife, serenaded by my dad and his accordion – ♫ “I’m in the mood for love…”♫

Seis meses después, empaqué mis pertenencias y volé a New York con un anillo de compromiso quemandome en el bolsillo. Esa noche, en nuestro restaurant italiano favorito, me arrodillé y le pedí a Jen que se casara conmigo. Menos de un año más tarde, nos casamos en Central Park, rodeados de nuestra familia y amigos. Más tarde esa noche, bailamos nuestro primer baile como marido y mujer, acompasado por mi papá y su acordeón - ♫ “I’m in the mood for love…”♫

Five months later Jen was diagnosed with breast cancer. I remember the exact moment…Jen’s voice and the numb feeling that enveloped me. That feeling has never left. I’ll also never forget how we looked into each other’s eyes and held each other’s hands. “We are together, we’ll be ok.”

Cinco meses después, Jen fue diagnosticada con cáncer de mama. Recuerdo el momento exacto... La voz de Jen y el entumecimiento que me rodeó. Ese sentimiento nunca se ha ido. También nunca olvidaré cómo nos miramos a los ojos y nos tomamos de las manos. "Estamos juntos, vamos a estar bien".

With each challenge we grew closer. Words became less important. One night Jen had just been admitted to the hospital, her pain was out of control. She grabbed my arm, her eyes watering, “You have to look in my eyes, that’s the only way I can handle this pain.” We loved each other with every bit of our souls.

Con cada desafío nos acercábamos más. Las palabras se volvieron menos importantes. Una noche Jen recién había sido admitida en el hospital, sus dolores estaban fuera de control. Ella tomó mi brazo, sus ojos humedecidos, - "tienes que mirarme a los ojos, es la única forma en que puedo llevar este dolor". Nos amabamos con cada pedazo de nuestras almas.

Jen taught me to love, to listen, to give and to believe in others and myself. I’ve never been as happy as I was during this time.

Jen me enseñó a amar, a escuchar, a dar y a creer en otros y en mi mismo. Nunca he sido tan feliz como fui en este tiempo.

Throughout our battle we were fortunate to have a strong support group but we still struggled to get people to understand our day-to-day life and the difficulties we faced. Jen was in chronic pain from the side effects of nearly 4 years of treatment and medications. At 39 Jen began to use a walker and was exhausted from being constantly aware of every bump and bruise. Hospital stays of 10-plus days were not uncommon. Frequent doctor visits led to battles with insurance companies. Fear, anxiety and worries were constant.
Sadly, most people do not want to hear these realities and at certain points we felt our support fading away. Other cancer survivors share this loss. People assume that treatment makes you better, that things become OK, that life goes back to “normal.” However, there is no normal in cancer-land. Cancer survivors have to define a new sense of normal, often daily. And how can others understand what we had to live with everyday?

A lo largo de nuestra batalla fuimos afortunados de tener un gran grupo de apoyo, pero tuvimos problemas para hacer a la gente entender nuestra rutina del día a día y las dificultades que enfrentabamos. Jen sufría de dolor crónico por los efectos secundarios de casi 4 años de tratamientos y medicaciones. A los 39, Jen comenzó a usar un andador y estaba cansada de ser consciente de cada golpe y magulladura. Las estadías en el hospital de 10 días o más no eran poco comunes. Las visitas frecuentes al médico llevó a batallas con las compañías aseguradoras.
Miedo, ansiedad y preocupaciones eran la constante.
Lamentablemente, la mayoría de las personas no quieren escuchar estas realidades y en un cierto punto sentimos nuestro apoyo disolviéndose. Otros sobrevivientes de cáncer comparte esta pérdida. La gente asume que el tratamiento te hace estar mejor, que las cosas van bien, que la vida vuelve a la "normalidad". Sin embargo, no hay normal en la tierra del cáncer. Los sobrevivientes de cáncer tienen que definir un nuevo estado de normalidad, a veces a diario. ¿Y cómo pueden otros entender con lo que teníamos que vivir cada día?

My photographs show this daily life. They humanize the face of cancer, on the face of my wife. They show the challenge, difficulty, fear, sadness and loneliness that we faced, that Jennifer faced, as she battled this disease. Most important of all, they show our Love.  These photographs do not define us, but they are us.

Mis fotografías muestran esta vida diaria. Ellas humanizan la cara del cáncer, en la cara de mi mujer. Ellas muestran el desafío, la dificultad, el miedo, la tristeza y la soledad que enfrentamos, que Jennifer enfrentó mienrtas combatía esta enfermedad. Más importante que todo, ellas muestran nuestro Amor. Estas fotografías no nos definen, pero ellas son nosotros.

Cancer is in the news daily, and maybe, through these photographs, the next time a cancer patient is asked how he or she is doing, along with listening, the answer will be met with more knowledge, empathy, deeper understanding, sincere caring and heartfelt concern.

El cáncer está en las noticias a diario, y quizás, a través de estas fotografías, la próxima vez que a un paciente de cáncer le pregunten cómo le va, además de escuchar, la respuesta sea recibida con más conocimiento, empatía, entendimiento más profundo, cariño sincero y preocupación cordial.

“Love every morsel of the people in your life.” – Jennifer Merendino

"Ama cada fragmento de la gente en tu vida" – Jennifer Merendino



Les recomiendo visitar este sitio, es hermoso: The Battle We Didnt Choose

3 comentarios:

  1. Le tengo tanto miedo al cancer =/ .. pero muy hermosa la historia!!!

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  2. Premios gordos que nos ganamos sin habernos apuntado a la rifa.
    Muy emotiva y conmovedora la historia (un hermoso testimonio de amor conyugal) y la serie de fotos.

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Gracias por pasar!